Las lentillas facilitan el día a día de miles de personas. Surgieron como una alternativa a las gafas y desde entonces han tenido una magnífica acogida entre los pacientes, en especial entre aquellos que practican deporte.
Quienes las usan saben en mayor o menor grado las precauciones que deben tener en el día a día para evitar daños en los ojos. Lo ideal es que las lentillas sean una herramienta que mejore nuestra calidad de vida y no que se conviertan en un arma de doble filo.
Consejos y recomendaciones para un buen uso de lentes de contacto
Aunque existen diferencias en torno a ciertas situaciones, hábitos o costumbres, prácticamente todos los especialistas de la visión coinciden en una serie de recomendaciones y consejos:
1) Es fundamental lavarnos las manos antes de manipular las lentillas, tanto en el momento de ponérnoslas como cuando nos las quitemos. Esto evitará que se acumulen en ellas elementos infecciosos.
2) La limpieza de las lentes de contacto no debe realizarse nunca con una sustancia distinta a las soluciones preparadas para tal fin. No debemos hacerlo ni con suero ni con agua, pues estas sustancias no tienen una función desinfectante. Del mismo modo, debemos evitar hidratarlas o humedecerlas con saliva.
3) Las soluciones desinfectantes no deben reutilizarse. Tan pronto retiremos las lentillas de la solución, es necesario desecharla.
4) Del mismo modo, se recomienda enjuagar el estuche de lentillas y dejarla abierta un par de minutos cada día. Lo ideal es reemplazarla todos los meses.
5) Cuidado de no mezclar las lentillas de ambos ojos. De hecho, además de separarlas, es bueno adoptar el hábito de sacar primero una de las lentillas y luego la otra para diferenciarlas.
6) Una vez nos hayamos puesto las lentillas, se recomienda parpadear un par de veces suavemente hasta que los ojos se adapten a ellas.
7) No debemos dormir con las lentes de contacto, a menos que se trate de una lente terapéutica aprobada por la FDA para uso nocturno. La gran mayoría de lentillas no está diseñada para usos prolongados y, además, su uso en horas de descanso puede maltratar la córnea y exponerla a numerosos agentes infecciosos.
8) Para quitarnos las lentillas, lo idóneo es mantener la cabeza hacia abajo y la mirada hacia arriba. Debemos separar suavemente los párpados con los dedos (nunca usar las uñas) y deslizar la lentilla sobre la parte blanca del ojo. Ese será el momento en que debamos pellizcarla con el índice y el pulgar hasta retirarla.
9) Nunca debemos dejar las lentillas en un vaso de agua después de quitarlas, ni siquiera si estamos fuera de casa y hemos olvidado el kit de limpieza.
10) En caso de que los ojos se pongan rojos por el uso de lentes de contacto, lo mejor es retirarlas y consultar con un especialista.
Esperamos que con estas recomendaciones, cuidados y consejos puedas garantizar un uso adecuado de tus lentillas. Recuerda, son un recurso más para mejorar tu calidad de vida y no una molestia o la fuente de nuevos problemas de la visión.
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